El último tigre de Tabernas

Hace más de diecinueve años en el mes de mayo nacía de nuestra pareja de tigres siberianos (Panthera tigris altaica), una espectacular cría llamada Rita.

El animal con ciertas dificultades en su crianza por la falta de leche de la madre, fue criada a mano por el equipo de la Reserva Zoológica de MiniHollywood Oasys.

La relación tan estrecha que se estableció con todo el equipo la hizo muy especial desde pequeña.

Los primeros meses necesitó que sus nodrizas la llevaran incluso cada tarde a sus domicilios para poder darle las tomas de biberón de última hora de la tarde y de la madrugada.

Como buena tigresa, tenía un comportamiento impetuoso a la hora de la toma, por lo que había que proteger las manos y los brazos para evitar sus arañazos, lo que en el comportamiento natural estimula la producción láctea de la madre.

Rita formaba parte de un programa de cría en cautividad de especies amenazadas (EEP), como la mayoría de las especies albergadas en nuestro centro, con objeto de mantener la variabilidad genética de los ejemplares para que cuando puedan llegar a reintroducirse en sus hábitats de origen tengan la máxima posibilidad de supervivencia.

Rita pasó sus primeros años en contacto directo con las personas, pero antes de llegar a su madurez, a los 18 meses, el contacto directo con los cuidadores cesó. No por ello dejó de tener un comportamiento cariñoso demandado contacto y cariño cada vez que estábamos con ella a través de sus instalaciones.

Al alcanzar la madurez suficiente tras un período de adaptación y contacto visual con un macho de su misma especie, fueron introducidos en su recinto, pero debido al temperamento del macho Rita resultó herida y se desaconsejó que se reprodujera.

Ello también sirvió para que pudiéramos disfrutar de su compañía durante más tiempo, ya que no se vio sometida al esfuerzo de la maternidad, pero permaneciendo en el programa de especies amenazadas por si acaso su genética fuera requerida para futuros descendientes.

En su última etapa hemos podido disfrutar de un animal mucho más sosegado y cariñoso debido a que ya era un animal geriátrico. La vida media de un tigre no suele superar los doce años, y ella los superó con creces, manteniendo hasta el último momento una existencia completa disfrutando de sus instalaciones e incluso de la piscina, hasta sus últimos días.

Como anécdota indicar que los meses de confinamiento durante la pasada pandemia hicieron que se la viera con más necesidad de contacto humano y a las pocas personas que mantuvimos la colección del parque durante ese período, nos reclamaba más atenciones de las normales ya que echaba en falta el bullicio habitual de los visitantes del parque.

Con su muerte, se extingue la población de tigres siberianos en la Reserva Zoológica del Desierto de Tabernas, ya que el plan de colección actual del parque establece un ámbito Africano, concretamente de ecosistemas del área de Namibia.

Gracias por tantos recuerdos especiales, Rita. Siempre estarás en nuestro corazón.